8 puntos de apoyo para adquirir un hábito

La victoria pertenece al más perseverante

Napoleón

Los hábitos son los útiles de trabajo de la persona productiva. Adquirirlos no es fácil. Sustituir un mal hábito por uno bueno es francamente difícil. Deshacerse de uno malo, a secas, es una labor titánica.

A pesar de todo lo anterior, hay mucha gente que lo consigue. Para que tus esfuerzos no tengan como único punto de apoyo la fuerza de voluntad aquí te doy algunos otros puntos de anclaje donde asirte en esta difícil escalada productiva.

1. Comprométete.

El camino aunque árido se hace mejor acompañado que solo. Por eso es muy conveniente que venzas tu timidez y anuncies a los cuatro vientos lo que estás haciendo: de viva voz, en las reuniones familiares, cuando te tomas una cerveza con los amigos, por whatsapp, en tu blog, en foros de internet…

Haz tu compromiso tan público como sea posible. Esta presión positiva (conocida como eustrés) puede ayudar a que tu esfuerzo no decaiga en los momentos de debilidad.

2. Practica.

Cambiar de hábitos puede considerarse una habilidad productiva y, como toda habilidad, hay que practicarla. Día a día.

Comprométete a practicar el nuevo hábito durante al menos 30 días (la cifra va en función del propio hábito que estemos desarrollando, si quieres saber más te aconsejo que leas mi artículo “Modela tu cerebro creando hábitos durante toda tu vida”).

Abórdalo como un proyecto. En realidad es lo que es: un proyecto de un mes de duración. Por lo tanto, escribe tu meta y tus objetivos y planifícalo (cuándo empiezas, qué tiempo del día reservarás para aplicarlo, obstáculos identificados, etc.).

3. Motívate.

Encuentra caminos para motivarte. Un elemento de motivación muy fuerte es la visualización. Debes verte con el hábito adquirido y debe ser consciente de los beneficios que te aporta ese nuevo hábito.

Siempre debes tener unas razones por las que persigues la adquisición de ese nuevo hábito. Estas razones pueden ser extrínsecas, por ejemplo, lo quieres adquirir porque has leído en este blog que el hábito de anotar todo es muy beneficioso o intrínsecas, es decir, tú mismo te has dado cuenta que olvidas muchas cosas que acaban quedándose sin hacer lo que repercute en tu vida profesional y personal y decides poner fin a ese problema (razón) adquiriendo el hábito de anotar todo según se cruza en tu camino.

Las razones intrínsecas son más poderosas y motivadoras que las extrínsecas.

4. Sigue tu progreso.

Hazlo también cada día. Antes de que acabe la jornada. Anota si hoy has conseguido practicar ese hábito. El mero hecho de anotarlo y observar tu progreso te motivará.

Te dejo aquí un vídeo que hice en su día sobre cómo llevar a cabo este control con un programa como Toodledo:

(vídeo)

No es el único programa, hay muchos más. Elige siempre la herramienta con la que te sientas más cómodo.

5. Apóyate.

Si puedes, plantea la adquisición de un nuevo hábito como un juego. Habla con tu pareja e intentad ambos la adquisición de un nuevo hábito. Compartid la experiencia y las dificultades. Celebrad los triunfos juntos.

Si hacéis ejercicio veréis que muchas de las app para el móvil establecen estos “retos” compartidos entre amigos reales o virtuales. Simplemente incrementa la posibilidad de éxito.

Por otro lado, apóyate en hábitos que ya realizas. Por ejemplo, si tomas un café todas las tardes en el bar de al lado y el hábito a desarrollar es el de fijar las tareas para la jornada de mañana, lígalo al café y haz la revisión mientras tomas café o justo después.

Tener un hábito o rutina disparadora te ayudará a anclar el nuevo hábito.

6. Prémiate.

Adquirir un hábito no es nada fácil y es, siempre, una pelea contra uno mismo. Aprende a ser tu propio juez y no te olvides de concederte un premio si lo has hecho bien. Estas gratificaciones multiplicarán tus posibilidades de éxito y son cruciales, sobre todo, los primeros días del proceso.

No dejes de gratificarte durante todo el proceso aunque según avances la frecuencia con que lo haces sea menor. Prémiate tras los primeros 3 días de éxito, hazlo al final de cada semana y date “el premiazo” al finalizar el periodo de 30 días.

7. Enfócate.

Es fundamental que permanezcas enfocado en el hábito que estás tratando de adquirir. Para ello, utiliza todas las artimañas que se te ocurran. Desde post-it colocados estratégicamente donde vas a practicar el hábito, a emails automáticos que te mandes a ti mismo (es bien fácil hacerlo con Google Calendar), pasando por cambiar el fondo de escritorio de tu ordenador si el hábito se desarrolla frente a éste.

Sé creativo, disfrutarás mucho más del proceso.

8. Piensa en positivo.

Ya sabes que las conversaciones que tenemos con nosotros mismos marcan de una manera significativa nuestra manera de pensar, sentir y, en definitiva ser.

Elimina todos los pensamientos negativos y reemplázalos por pensamientos positivos.

El principal boicoteador de nuestros proyectos somos, con demasiada frecuencia, nosotros mismos.

Y, bueno, si te caes, ¡levántate! Como dijo Leonardo da Vinci:

La constancia no está en empezar sino en perseverar