Principios de la PNL (II)

La semana pasada veíamos algunas de las que son las premisas básicas o los presupuestos de la PNL (ver Principios de la PNL (I)). Sigamos hoy con uno de los que, en mi opinión, es más difícil de entender y con el que estar de acuerdo.

04) La conducta de todo individuo conlleva una intención positiva.

Tela con esto. Cuando decimos “la conducta” es literalmente toda conducta, las buenas y las no tan buenas. Lo que ocurre es que una mala conducta nos impide ver la intención positiva que hay detrás.

Por ejemplo, el payasete de la clase se pasa el tiempo desafiando a los profesores y haciendo el gamberro (conducta no apropiada). Pero lo único que persigue es ser aceptado por el resto de la clase (intención positiva).

Aún resultando ciertamente complicado de entender ante ciertas conductas, lo que viene a decir la Programación Neuro-Lingüística es que si somos capaces de determinar la intención positiva del individuo vamos a tener opción de conseguir dos cosas:

1) Si satisfacemos esta intención real del individuo eliminaremos el comportamiento indeseado.

2) Si desciframos su intención real es muy posible que seamos capaces de ver al individuo de otra manera y mejorar nuestra comunicación con el.

Entiéndase que hablamos de individuos “sanos” no de psicópatas, sociópatas o neuróticos (vamos, que no aplica a los jefes).

Es un presupuesto muy interesante que aboga por hacer un esfuerzo en pos de la empatía, una habilidad que a mí al menos me cuesta horrores poner en práctica. Por otro lado, como decíamos en la primera entrega, reaccionamos siguiendo nuestro “mapa” del mundo pero esto no es suficiente cuando se trata de conectar con los mapas de otras personas.

Si bien es muy probable que no consigamos cambiar la conducta del otro individuo dado que conseguir su intención no está en nuestras manos (o el otro pasa olímpicamente de cambiar su conducta) hacer el esfuerzo de “entenderle” rebajará considerablemente la tensión de la relación, máxime si es una relación obligada y rutinaria, léase laboral.

05) La gente es más que su comportamiento.

Al hilo del anterior presupuesto o concepto podemos decir que alguien que se comporte como un inepto no tiene por qué ser un inepto, por ejemplo.

La PNL habla de los niveles lógicos de las personas, para abreviar, una especie de pirámide de Maslow de los individuos que se desglosa en: entorno, comportamiento, capacidades y habilidades, creencias y valores y la identidad. Todo ello atravesado por el propósito.

No es mi intención extenderme aquí en detallar los niveles lógicos pero creo que un ejemplo puede ayudar: un jefe puede comunicarse fatal con sus subordinados (déficit de habilidades) y pecar de que él quiere resolver todos los asuntos. Podríamos resolver el problema de dos maneras:

1)  Formándole en las habilidades de las que carece (comunicación y trabajo en equipo).

2)  Cambiándole de entorno, es decir, modificando otro de los niveles lógicos y dándole un puesto de trabajo donde sus habilidades brillen.

Normalmente, en el mundo laboral se intenta el punto primero pero no se recurre al punto segundo ya que se considera una pérdida de estatus laboral. Lo cierto es que nunca lo entenderé.

Por ejemplo, el programador estrella de la empresa  es ascendido a jefe de su equipo donde “no da pie con bola” produciendo una inmediata pérdida de productividad en el equipo que presuntamente gestiona, en el mismo que se siente como pez fuera del agua y en el nuevo programador que ha ocupado su lugar que “no le llega a la suela de los zapatos”.

Para colmo, la mejora de sus habilidades tras meses de clara improductividad consiste usualmente en dos cursos “estándar” que no consiguen mejorar en nada sus habilidades. En definitiva, el principio de Peter en estado puro.

Bien pues la persona que antes “era” brillante ahora no “es” un inútil. Será responsabilidad de alguien detectar este problema y llevar a cabo las acciones para conseguir el resultado de que esta persona se comporte de nuevo de manera eficiente.

Personalmente abogo por tener programadores tan bien o mejor pagados y considerados que los “jefes” pero bueno, reconozco que en el panorama laboral español esto suena un tanto utópico donde hay más jefes que indios y así nos va.

06) El “éxito” de una comunicación se mide por la respuesta que provoca.

El último de los presupuestos de hoy es fundamental y puede resumirse en: no es tan importante lo que dices sino lo que consigues con ello.

La gente en general está encantada de escucharse y vamos de aquí para allá a hablar de nuestro libro (como decía el mítico Paco Umbral) y nos importa un comino los efectos de lo que decimos. Si no nos entienden es su problema.

¡Pues no! Si no nos entienden es nuestro problema.

Te aconsejo que simplemente compruebes este presupuesto con un sencillo ejercicio: cuando tengas una conversación con alguien, repasa explícitamente de vez en cuando en la conversación que se ha entendido tu mensaje. Y ya que te pones, repasa también si lo que has entendido del mensaje del otro es correcto con frases del tipo “permíteme confirmar que te he entendido bien cuando has dicho que…”.

Por otro lado, la respuesta no tiene que ser un problema de que te entiendan o no. Estate atento a la postura corporal de tu interlocutor o a cualquier actitud que delate que su respuesta no es la que tu esperas con tu comunicación.

Si estás hablando de algo y el otro está bostezando, mirando su móvil o portátil o se le sonrojan las mejillas es más que posible que no estés consiguiendo la respuesta que pretendes. Recuerda el presupuesto tercero que decía que si lo que haces no funciona debes cambiar lo que haces.

Cambiar tu discurso, cambia el entorno, cambia lo que sea necesario hasta que estés seguro de que la respuesta en tu interlocutor es la que deseas.

No se trata de manipular, se trata de comunicar.