Regálate tiempo ¡es gratis!

La productividad nunca es un accidente. Es siempre el resultado de un compromiso con la excelencia, la planificación inteligente y centrada en el esfuerzo

Paul J. Meyer

 

Uno. El coste de oportunidad es un concepto que se aplica en Economía y que resulta muy interesante para ser considerado desde otras disciplinas. El término fue acuñado por Friedrich von Wieser y también es conocido como “el valor de la mejor opción no realizada”.

Para no entrar en explicaciones estériles diremos que, desde el punto de vista puramente económico, el coste de oportunidad es aquello a lo que renunciamos cuando tomamos una decisión. Por ejemplo, si tengo 10 euros y estoy dudando entre ir a cine o comerme una hamburguesa, el coste de oportunidad de ir al cine será la hamburguesa que no me he comido.

 

Dos. Leo aterrado que los españoles pasamos de media 4 horas al día frente al televisor. Parece que el tiempo medio va aumentando en estos últimos años.

Haciendo un cálculo rápido, 4 h * 365 días = 1.460 h.

Si dividimos entre 24h que tiene un día, tenemos que 1.460/24= 60,83, es decir, alguien en esa media se ha pasado dos meses del año frente al televisor.

¿En serio que esto es lo que quieres?

Tres. Si lo anterior os parece demasiado, podéis sumarle el tiempo que pasamos en Internet (navegación y redes sociales) o frente a una consola de videojuegos. Tened en cuenta que habrá gente que sume ambos tiempos (mucho cuidado con los más jóvenes).

Y la pregunta es… ¿has pensado alguna vez en tu coste de oportunidad?

Me resulta entre curioso y patético que en épocas de crisis aumente el tiempo medio frente a una pantalla. Precisamente todo ese tiempo dedicado a la TV y al ordenador es tiempo que no dedicamos a otras cosas.

Si estas preocupado por tu situación laboral… ¿ves más la tele?

¿No sería más lógico formarte en cualquier cosa útil que pueda suponer una alternativa a tu situación?

Ya sé que muchos de los temas de los que hablo no aplican a todo el mundo. Un ama de casa no se va a poner a estudiar un MBA (y hará bien porque eso seguiría siendo perder el tiempo). Pero seguro que hay otras cosas a su alcance, no sólo pensando en la formación, sino algo tan simple como pasear más, hacerse socia de la asociación del barrio o simplemente recuperar la relación con esas amigas que hace tanto que no ve.

Creo que, a veces, los que hablamos sobre productividad y gestión del tiempo nos olvidamos de que el grueso del pelotón “tira” miserablemente su tiempo en este tipo de actividades. Pretender que alguien que sigue este patrón se dedique a mejorar su organización personal para ganar 10 minutos al día es simplemente absurdo.

¿Por qué habría de importarme tener 10 minutos más al día si puedo disponer de cuatro horas y no me interesa hacer nada con ellas?

Vaya por delante que, en ocasiones, soy el primero que caigo en la trampa de ver la TV sin ningún fin y, sobre todo, de perderme entre cientos de artículos de Internet, el 90% de ellos prescindibles. No sólo eso. Ser incapaz de dejar de leer ese libro que has comprado pero que no te gusta (teniendo otros veinte en espera), asistir a ese curso, charla o reunión que «te han montado» pero que no te interesa, etc…Todo es tiempo que va directo al vertedero.

Tampoco se trata de dejar de ver la tele y convertirte en un asceta.

Plantéatelo de otra manera. ¿Podrías ver 30 minutos menos de televisión al día?

30 minutos es apenas un 15% del tiempo medio dedicado a ver televisión y si lo multiplicas por 365 días son 182 h que vas a tener disponibles para hacer algo diferente.

Se trata de tener algo más de 7 días completos este año. ¡Leche! ¡Te estás regalando vida a ti mismo! Aprovéchala.

Cuando hayas empezado a hacerlo, ya puedes plantearte otras metas más finas. Entonces hablamos de cómo guardar tus correos (o tus recetas de cocina) de tal manera que las búsquedas de información reduzcan en 10 minutos diarios el tiempo que le dedicas a esto.

No te engañes. Haz números y piensa continuamente en el coste de oportunidad.

10 minutos al día por 250 días laborables son 2.500 minutos o 42 horas. 42 horas son ¡5 días laborables!

Algo tan nimio como eso añade 5 días a tu calendario laboral. ¿Cómo era eso de que no tienes tiempo para planificar?

El margen de mejora es tan brutal que casi definiría el tema de la productividad como “territorio inexplorado”.

Dale una vuelta, haz números y sorpréndete de la cantidad de cosas que puedes hacer y para las que el único freno, hoy en día, eres tu mismo.