Hablamos de…¡Tráguese ese sapo!

No resolverá sus problemas de administración del tiempo siendo más productivo

Brian Tracy

La verdad es que como “no sólo de David Allen vive el hombre”, decidí leer este libro titulado ¡Tráguese ese sapo! de Brian Tracy. El amigo Tracy es uno de esos hombres hecho a sí mismos (¿todos los triunfadores en EEUU han empezado fregando platos?) que me cae bien por alguna de las cosas que dice: afirma probar en sus propias carnes las ideas que recopila antes de aconsejarlas en sus libros o seminarios, propone averiguar qué es lo que hace la gente exitosa y hacer los mismo hasta obtener los mismos resultados (echad un ojo al modelado de conductas que propone la PNL) y se confiese un lector ecléctico que se dedica, modestamente, a recopilar información.

El libro está bastante bien; es barato y se lee con facilidad. No esperéis encontrar un sistema como el GTD propuesto por David Allen. No obstante, no sólo de sistemas vive el hombre y quizás sea interesante leer este libro como introducción al mundo de la productividad ya que podremos obtener beneficios inmediatos sin sentir el peso de un sistema holístico(como es GTD) sobre nuestras espaldas.

La base del libro es precisamente la cita con la que abro el artículo “No resolverá sus problemas de administración del tiempo siendo más productivo” y  es que Tracy viene a decirnos que hay tantas cosas por hacer que, por muy productivos que seamos, jamás alcanzaremos a hacerlas todas. Desde su punto de vista (y desde el mío) se convierte entonces en una labor fundamental la priorización y, para priorizar, hay que tener tiempo para dedicarle a ello en ese mar de tareas que nos empuja a la deriva en nuestro día a día. Es un poco la pescadilla que se muerde la cola: la productividad no es suficiente, pero sin la productividad no tendrás tiempo para ir más allá.

Tracy basa su libro en dos máximas:

1) La capacidad para concentrarse resueltamente en la tarea más importante, hacerla bien y terminarla es la clave del logro.

2) La clave del éxito es la acción. Apoya la acción en tres cualidades fundamentales: decisión, disciplina y determinación.

Tracy apuesta por realizar a toda costa las tareas importantes y su libro es, en buena medida, un manual contra la procrastinación. Compara las tareas más duras con sapos y afirma: “si lo primero que hace cada mañana es tragarse un sapo vivo, podrá continuar el día con la satisfacción de saber que lo peor que podía haberle sucedido probablemente ya ha pasado”.

Existen muchas similitudes con otros autores. Me gustaría citar algunas de ellas porque, precisamente comparando materiales diversos, lo que busco son puntos comunes entre gente que no tiene nada que ver. Posiblemente si dos o más personas han llegado a la misma conclusión desde caminos diversos es más probable que esa conclusión sea cierta.

– A pesar de defender la acción por encima de todo, Brian Tracy insiste en lo fundamental que es planificar nuestro día con antelación. En concreto habla de listas maestras, mensuales, semanales y diarias. Suena parecido a las revisiones de GTD ¿no?

– Tracy, siguiendo con lo anterior, afirma que “el pensamiento a largo plazo mejora las decisiones a corto plazo”. De hecho, si no lo hacemos así, nos advierte del peligro de empezar siempre por las tareas más pequeñas o fáciles cayendo en una de sus reglas fatídicas que dice: “uno de los peores usos del tiempo es hacer muy bien algo que no había ninguna necesidad de hacer”.

– Fíjate objetivos y céntrate en las accione que consigan avanzar en la consecución de los mismos. Preciosa la cita de Denis Waitley al respecto: “Los perdedores hacen lo que alivia tensiones mientras que los ganadores hacen lo que logra objetivos”.

– Propone obedecer la Ley de la eficiencia obligada: “Nunca hay tiempo suficiente para hacer todo, pero siempre hay tiempo suficiente para hacer las cosas más importantes”.

– Es interesante el concepto de postergación  creativa. Viene a decir que “puede tener su tiempo y su vida bajo control sólo en la medida en que interrumpa las actividades de menos valor”. Define la postergación creativa como “el acto de decidir consciente y deliberadamente las cosas exactas que no va a hacer ahora y quizás no haga nunca”.

– Aboga por la creación de lapsos de tiempo (suena a Pomodoro ¿no?) de treinta, sesenta y noventa minutos para completar las tareas importantes. Igualmente propone hacer uso de los pequeños tiempos muertos (los “regalos de tiempo”) para completar fragmentos pequeños de tareas mayores.

A lo largo de todo el libro Tracy hace mención en repetidas ocasiones de elementos vitales como las priorizaciones (el método ABCDE), las áreas clave de resultados, las divisiones de las tareas, el enfoque y la concentración y un largo etcétera de cosas muy interesantes.

El problema, común a cualquier texto relacionado con la productividad, es que según leemos el libro nos quedará un sentimiento de que todo lo que dice es de sentido común y de que “yo ya hago esto”. Pero bueno, la realidad es tozuda.

Para todos aquellos cuya realidad desmienta día a día lo que su ego les dice aconsejo echarle un vistazo a este libro de Brian Tracy.