La ventana a la que no siempre nos gusta asomarnos

“Si un hombre te dice que pareces un camello, no le hagas caso; si te lo dicen dos, mírate a un espejo.”
Proverbio árabe
Hoy quiero hablar de una técnica o herramienta, bastante antigua, útil para trabajar en nuestro autoconocimiento. Se trata de la ventana de Johari y es una herramienta de psicología cognitiva creada por los psicólogos Joseph Luft y Harry Ingham (las primeras letras de cuyos nombres conforman la palabra Johari).
En mi opinión, buena parte de su interés es que, si bien sirve para conocernos mejor, incorpora la visión de los demás a este conocimiento.
En primer lugar, se llama ventana por su similitud con una ventana como la que he elegido para ilustrar mi entrada; aunque también tiene algo de metafórico, por aquellos de asomarse dentro de uno mismo.
La ventana de Johari se compone de los siguientes cuadrantes:
Charles Handy llama a este concepto “la casa de cuatro habitaciones de Johari”.
- La primera habitación (área libre) es la parte de nosotros mismos que los demás también ven.
- La número dos (área ciega) lo que los otros perciben pero nosotros no.
- La tercera (área oculta) es el espacio personal privado
- La última habitación (área desconocida) es la parte más misteriosa del subconsciente o del inconsciente que ni el sujeto ni su entorno logran percibir.
¿Cómo usar la ventana de Johari?
Es muy sencillo. Lo más importante es pensar bien en a quién recurres para que te dé su opinión. Te aviso que no es cuestión baladí si quieres que los resultados sirvan para algo. Debe tratarse de gente que te conozca bastante bien.
Los pasos a seguir son:
1. Escoge de esta lista entre seis características que tú consideres que son las que mejor te representan.
2. Da a elegir a un grupo de personas las seis características de la lista que, según ellos, son las que mejor te definen. Seis personas es un buen número para el grupo; es interesante que haya representantes de todas tus áreas de responsabilidad, por ejemplo, familia, amigos y trabajo.
3. A partir de aquí, tú mismo puedes construir tu propia ventana de Johari:
-Clasifica como libres aquellos rasgos que tú has identificado y al menos otra persona ha coincidido contigo.
-Clasifica como ciegos los rasgos que otros han señalado pero tú no.
-Agrupa como ocultos los rasgos que tú has enumerado pero que los demás no han reconocido en ti.
-El resto de rasgos clasifícalos como desconocidos. Se recogen en esta área por descarte, no significa que necesariamente formen parte de tu subconsciente.
Y eso es todo. Fácil, ¿no?
Si varías la lista de palabras, podrías trabajar exclusivamente sobre hábitos negativos, positivos, etc. Si quieres una foto más amplia aumenta el número de opciones elegibles y/o el tamaño del grupo de personas a consultar.
Tanto de la ventana de Johari como del DAFO personal pueden salir cosas interesantes en las fases de definición de nuestra perspectiva.
Ah, y si al usar alguna de estas herramientas sale algún “sapo”, recuerda lo que decía La Rochefoucauld:
“Conocer las cosas que lo hacen a uno desgraciado, ya es una especie de felicidad”