Activa tus metas

“Un hombre que no se alimenta de sus sueños, envejece pronto”
William Shakespeare
En semanas anteriores he escrito sobre dos aspectos fundamentales de las metas: añadirles visión y orientarlas a resultados. Estos dos pasos son esenciales para entender la entrada de hoy así que te recomiendo que les eches un vistazo a esos artículos si aún no lo has hecho.
Hoy vamos a hablar de cómo activar una meta.
¿Qué es activar una meta?
Activar una meta es simplemente dar unos pequeños pasos, cada día, para aceptar y hacer propia la parte de visión de tu meta.
Se trata, en cierto modo, de sembrar pensamientos emergentes; esos pensamientos que, habitualmente sin control, pueblan nuestra mente, lo que algunos han llamado la “mente de mono”.
Activar una meta es pues, poner el subconsciente a nuestro favor, lo que nos permitirá descubrir nuevas situaciones y apoyar la consecución de la meta.
¿Por qué activar una meta?
En primer lugar, la activación hace que la consecución sea algo mucho más fácil. Es más, en caso de no activar nuestras metas, es muy posible que las metas más duras se tornen imposibles.
Recordad que una meta no es una simple concatenación de tareas, eso sería un proyecto; algunas metas tienen un plus que las hace imposibles de alcanzar únicamente mediante el control, la planificación o la fuerza de voluntad. Si no fuese así no se explica, por ejemplo, el alto índice de fracaso (y el consecuente negocio multimillonario) en una meta objetivamente tan sencilla como perder peso.
En segundo lugar, la activación es un excelente antídoto contra la procrastinación ya que pone en nuestro radar la meta y aporta energía para consecución, cada día. La consecución de metas, en ocasiones, se asemeja a una larga travesía por el desierto y la activación cumple la misión de proporcionarnos agua, regularmente, ante el peligro de muerte por deshidratación productiva.
¿Cómo activamos una meta?
La activación se aplica al componente de visión de la meta ya que el subconsciente reacciona mejor a las emociones y sentimientos (visión) que a los números (resultado). Es, por tanto, imposible activar una meta si no has definido el componente de visión de la misma.
Una vez que tengas un componente de visión bien definido (lee de nuevo el primero de los artículos que cito al principio) sigue estos dos sencillos pasos, TODOS LOS DIAS:
1) Verbaliza tu visión.
Lee, si puede ser en voz alta mejor, lo que has escrito sobre tu visión; usa tu imaginación para “pintar” el resultado de haber conseguido la meta. No me refiero a que lo hagas en papel y boli, que también puede ser muy interesante, sino a que visualices la meta como si ya la hubieras conseguido. Con todo lujo de detalle, no te cortes, emociónate.
Comportarse “como si” activa tu RAS (Reticular Activating System). En cierta medida estás sugestionándote al igual que un hipnotizador utiliza los estados de trance.
Vale, no crees en nada de esto. Yo tampoco mucho y no me voy a extender más en ello. De todos modos, el poder de la visualización está más que demostrado en el atletismo de élite (fíjate en los velocistas antes de la carrera o en los saltadores de longitud y altura; están haciendo primero la carrera en su mente).
Simplemente pruébalo y dale tiempo.
2) Visualiza enfocando tu atención.
Cuando visualices, hazlo totalmente presente en el momento actual. Haz que brillen tu foco y concentración. Esto suena a mindfulness, ¿verdad?
No releas de memoria la misma frase todos los días, vívela. Se trata de ir más allá del control, no de ser un autómata.
Esto es algo que no resulta sencillo sobre todo cuando llevas varias semanas trabajando en la activación de una meta.
¿Cuándo activo mis metas?
Para las metas simples se trata simplemente de dedicar alrededor de un minuto por meta una o dos veces al día. Empieza por aquí y céntrate en una o dos metas a la vez. Son cinco minutos.
Para las metas complejas ya es otro cantar y posiblemente haya que trabajar en tus creencias, algo que excede a este artículo.
Conclusión
Nuestra atención influye en nuestras acciones. No se trata de autoayuda barata, ni del famoso libro de Rhonda Byrne “El secreto”.
Aparte de los deportistas, con la visualización, la publicidad utiliza las descripciones multisensoriales para bombardear nuestro subconsciente. Y si lo hacen y se gastan una millonada es porque les funciona y mucha gente acaba comprando los productos anunciados y no otros.
¿No te ha ocurrido que cuando has pensado en comprarte un modelo de coche, de repente, empiezas a verlo por todos los lados? Sobre lo que pones tu atención ¡crece!
Diseña tus propios anuncios de televisión para tu mente, aprende a comprar tus propias metas.
Se trata de conseguir el hábito de poner a punto tu mente para tus metas.
Un consejo para cerrar: ten cuidado con atender incendios porque estos problemas podrían anular tu visión y llenar tu cerebro de estrés y negatividad. Si bien los incendios son inevitables, acuérdate de volver a activar tus metas cuando sientas que has perdido el norte.
En definitiva, foco, valor…¡y al toro!
Imagen | Desafío