Consejos productivos de Jesus Calleja para cualquier aventura que emprendas

Si estamos implicados en un gran proyecto, nuestra vida será más plena

Jesús Calleja

Jesus Calleja es un aventurero español al que muchos conoceréis por sus programas en Cuatro (antes Desafío Extremo y ahora Planeta Calleja). Es un tío campechano, sencillo, directo, de esos que es difícil que te caigan mal.

Resulta que, aparte de eso, ha escrito un libro: “Si no te gusta tu vida, ¡cámbiala!: El desafío diario de hacer realidad tus sueños”. Y resulta, que el libro está muy bien; además de algunos elementos biográficos, Jesús va dejando caer una serie de “enseñanzas” que ha ido extrayendo de su periplo vital. Con modestia, de buen rollito.

Aparte de pasar un buen rato leyéndolo (se lee rapidito), he ido tomando notas y recogiendo una serie de observaciones que me parece que tienen mucho que ver con la productividad personal y otros temas adláteres de los que hablo en el blog.

Podéis llamarme loco (¡loco!, ¡loco!), pero veo relación con la productividad en todos los sitios. Mirad, si no es así:

1) La importancia de planificar: el plan diario, el plan semanal y un plan a largo plazo.

Así es como funciona él y lo cierto es que no parece irle mal. Jesús nos habla continuamente de la importancia de planificar. En su caso, planificar proyectos complejos: ascensiones imposibles, inmersiones en fosas abisales, descensos en cascadas imposibles…

El mantiene 3 niveles, muy GTDianos: el diario, el semanal y el quizás más ambiguo “a largo plazo”. Pero es lo mismo de siempre: control y perspectiva. Compañeros inseparables de viaje.

2) Hacer cosas que sólo dependen de uno mismo, mejora nuestra autoestima y refuerza nuestra confianza personal.

Conseguir retos es la gasolina de Jesús Calleja. Y celebrarlos. También habla del trabajo en equipo pero quizás cuando se refiere a “retos que dependen de uno mismo” está pensando en las palabras del alpinista Alessandro Gogna cuando afirmaba que “El camino hacia la cima es, como la marcha hacia uno mismo, una ruta en solitario”.

Además, en palabras del amigo Calleja: “Conseguir objetivos difíciles engancha mucho; así como el miedo engendra más miedo, el valor y la audacia se alimentan a sí mismos”.

En el fondo hablamos de la felicidad, y es fundamental no postergar tu propia felicidad;  no tiene ningún sentido.

3) Si no establecemos una forma muy concreta de arrancar un proyecto, éste podría aplazarse una y otra vez y no despegar nunca.

Lo importante es empezar. No dar pie a “la parálisis por el análisis”. Precisamente para evitar la parálisis del “ya lo haré más tarde” (aká procrastinación) sugiere:

– Establecer objetivos a largo y medio plazo, así como en el día a día.

– Empezar cuanto antes porque si “estás dentro” es más fácil seguir.

Como dice Jerónimo Sanchez, esto es como las palomitas de maíz, cuando empieza a tostarse una, el resto va detrás.

4) En cualquier cosa que nos apasione es muy importante graduar las metas que nos vamos poniendo para no fracasar nada más empezar.

Es importante que las metas sean realista, alcanzables y, si esto aún te parece demasiado poco, dividirlas en submetas. Como él dice: “Cada paso, por mucho que cueste, es un paso menos hacia nuestro objetivo”.

Además, y a modo de pequeño truco, Jesús nos aconseja compartirlas con los demás: con tus seres queridos, con tus compañeros, con “tu público”, etc. Comparte tus proyectos para obligarte y usa cualquier cosa que contribuya a evitar excusas y pequeñas distracciones.

5) Hay un momento idóneo y una preparación necesaria para realizar cada cosa. El coraje, sin previsión ni humildad, es una bomba de relojería.

Precisamente hablando de realismo, Jesús nos habla de la importancia de “templar el arrojo con el miedo”. El utiliza el miedo como elemento de control, de advertencia, para evitar cruzar determinadas líneas rojas.

Indudablemente, los riesgos son mucho más elevados por encima de los 7.000 metros de altitud. Una receta que él nos da es mezclar optimismo con seguridad.

Para Jesús, es fundamental distinguir entre el miedo lógico y regulador, del injustificado, del que obedece a nuestras inseguridades. En función de su naturaleza, el miedo puede salvarte la vida o provocar que la pierdas.

Si controlamos el miedo y lo conocemos, podemos gestionarlo y nos guiará siempre en la mejor dirección

6) Nadie domina todas las materias y la experiencia, en la naturaleza, es un atributo valiosísimo.

A pesar de que los proyectos pueden ser retos personales, para conseguirlos es imprescindible el trabajo en equipo. Y en cuanto a cómo funcionar en equipo, Jesús nos da un consejo que me ha gustado mucho: “aprende a ceder el liderazgo a la persona con más experiencia”.

No hay líderes “por decreto”, ni es posible liderar con el piloto automático. Los líderes son líderes por lo que hacen y al “hacer mucho” se le llama experiencia.

7) Es importante elegir bien a los compañeros a los que te atas. Si son positivos, y suman fuerzas, harán tu travesía más agradable. Si son negativos, caminarás peor que si vas solo.

También relacionado con el punto anterior. Elige bien a los integrantes  de tu equipo. Elige tus relaciones. Elige tus conversaciones.

Una mala elección puede ser  letal cuando estás en una cordada pero, ojo, esto también te destruye, lenta pero inexorablemente, en tu día a día.

8) Visualiza los logros, para llegar a ellos lo antes posible.

Me ha llamado especialmente la atención un pasaje referido a la ascensión de Calleja al monte Vinson en la Antártida. En un momento determinado, Jesús narra que estaba totalmente agotado y al límite de su resistencia. Y precisamente en estas circunstancias, lo que le salvó, según él, fue dejar la mente en blanco, romper la espiral autodestructiva en la que estaba inmerso. Literalmente: “cuando el dolor o la desesperación nos amenazan, la práctica de la atención plena puede ser un gran alivio”.

Visualizar tus metas, por un lado, y ser capaz de tomar control de tu mente, por otro; son dos herramientas fundamentales para el éxito de sus proyectos. Como él dice: “nuestra mente siempre puede llevarnos mucho más lejos de lo que nuestro cuerpo nos pide”.

9) Sé agradecido; no sólo con las personas que te ayudan, sino con todo aquello que haya supuesto una lección en tu camino.

No seas facilón. Lo sencillo es portarte bien con quien se porta bien pero Jesús insiste en que “lo malo” también ofrece valiosas lecciones de las que aprender.

Muchas veces asociamos “lo malo” a un proceso de cambio, sobre todo a aquellos cambios que hemos de afrontar porque no hay más remedio. Pues bien, no te opongas, como dijo Harold Wilson: “Quien se resiste al cambio es arquitecto de la decadencia”.

10) Si decides hacer algo, aunque no sea tu pasión, conviene darlo todo y hacerlo lo mejor posible. Te divertirás explorando tus propios límites.

Y Jesús nos habla de sus experiencias como vendedor de coches o como peluquero. Es un asunto de responsabilidad,  ¿o quizás de profesionalidad?

Me viene a la mente aquí una cita de  Martin Luther King que dice: “Si un hombre fuese llamado a ser barrendero, debería barrer las calles como Miguel Ángel pintaba, como Beethoven componía o como Shakespeare escribía poesía. Debería barrer las calles tan bien que todos los ejércitos del cielo y la tierra pudieran detenerse y decir: aquí vivió un gran barrendero que hizo bien su trabajo”.

En su día ya comenté que los límites no son malos, todo lo contrario, incluso pueden hacerte más grande. Atrévete a explorarlos.

11) Por muy desorientado que estés, si sabes lo que no quieres, ya tienes un punto de partida.

Es algo que muchas veces he dicho referido a la productividad personal: no puedes saber si lo que estás haciendo es importante o no, si no sabes exactamente lo que no estás haciendo. Conocer lo que no quieres o lo que no haces es fundamental para poder funcionar en términos de coste de oportunidad.

12) La originalidad en los proyectos resulta vital.

Un último punto que quizás no tenga tanto que ver con la productividad como con el espíritu de este blog.  Como dice Andrés Pérez Ortega; “Si no eres capaz de diferenciarte por alguna razón, serás sustituido por cualquier razón”.

Y Jesús nos aconseja que siempre, antes de emprender una aventura o proyecto,  nos hagamos la siguiente pregunta: ¿Qué puedo ofrecer que sea diferente?

Para responder son importantes dos cosas: conocernos a nosotros mismos y conocer a los destinatarios de la oferta (llámese alumnos, clientes o una productora de televisión).

En definitiva, he disfrutado leyendo “Si no te gusta tu vida, ¡cámbiala!: El desafío diario de hacer realidad tus sueños” y me ha sorprendido gratamente; por su fácil lectura y por la empatía con muchos de sus contenidos.

Se puede ser “buenrollista” y alcanzar profundidad en tu pensamiento y en tu vida. Y, sobre todo, vivir de manera coherente con tu manera de pensar. Jesús me parece un crack en muchas cosas y en eso también.

Cierro con una preciosa cita de Jean Cocteau que encierra una imprescindible dosis de esperanza en el ser humano y su capacidad de crecer:

Lo consiguieron porque no sabían que era imposible

Imagen | Jesús Calleja