El viejo y el mar

«El hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado«.
Estoy medio de vacaciones y por eso no posteo al ritmo que venía haciéndolo. Ando aprovechando el tiempo para leer. Y leo un poco de todo, libros que tenía por ahí comprados y a los que no les había encontrado aún “un hueco”. Con los libros siempre me pasa lo mismo: compro más de lo que leo.
Entre esos libros estaba la novela corta “El viejo y el mar” de Ernest Hemingway que me acabo de ventilar en un par de horitas. Es un libro que se lee muy fácil ya que si algo caracteriza a Hemingway es su estilo directo.
Hace ya muchos años que estuve en La Habana donde la figura del escritor norteamericano ha dejado su huella. Persiguiéndola, los turistas se dejan sus dólares con lo que podríamos decir que lo comido por lo servido. Es un tanto irónico que sea un yankee uno de los iconos de La Habana máxime si vemos como están las cosas entre EEUU y Cuba en los últimos cuarenta años.
Si habéis estado por allí recordareis que en una de las paredes de La bodeguita del Medio se puede leer “Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquiri en El Floridita» de puño y letra del propio escritor (o eso dicen). En cierto modo parece que Hemingway me persigue últimamente ya que es uno de los personajes de “Medianoche en París” la última de mi «odiado» Woody Allen qu tuve oportunidad de ver en el cine hace unas semanas.
En fin, volviendo a “El viejo y el mar” me ha gustado bastante. He de confesar que siento cierta debilidad por esos personajes que lo intentan, fracasan y se levantan. Así es Santiago, el viejo protagonista que tras más de ochenta y cuatro días de mala suerte persiste en la faena que le proporcionará la reputación perdida en su círculo de pescadores.
La novela habla de la lucha del hombre contra la naturaleza, de la soledad, de la vejez y de lo mal que trata la sociedad a nuestros mayores (algo de plena actualidad). Y lo hace con crudeza y sin ambages pero con un hálito de esperanza representado por Manolín, el joven compañero de Santiago al que sus padres han prohibido seguir pescando con él porque “está salao”.
«Nadie debiera estar solo en su vejez. Pero es inevitable que así sea» reflexiona el viejo Santiago.
La titánica lucha de Santiago contra todo y contra todos (incluyéndose a sí mismo) no tendrá un final feliz ¿o sí? Animaos a leerla y ya me diréis.
Curioseando por Internet me he encontrado con un cortometraje de Alexander Petrov sobre la obra de Hemingway. Es de una belleza increíble. Petrov es uno de esos artistas que dibuja con los dedos, afinando detalles con pinceles y que desarrolló una personal técnica de animación pintando al óleo sobre planchas de cristal.Díscipulo de Yuri Norstein, otro gran animador ruso, Alexander Petrov se encuentra entre los mejores animadores vivos. Sus trabajos han cosechado varios premios, incluyendo un Oscar al mejor cortometraje de animación precisamente por El viejo y el mar, un ambicioso proyecto hecho especialmente para pantalla IMAX.
He querido hacer una paréntesis para compartir con vosotros estos videos. Ya sabeis, me gusta compartir eso «diferente» que anda por ahí y que marca la diferencia.
Para los que seais incapaces de leerse la novela os pego los videos a continuación. Yo, por supuesto, aconsejo ambos (y la película protagonizada por Spencer Tracy) y aprovecho para desearos que sigáis con unas increibles vacaciones.