¿Hay una formación ideal para un emprendedor?

Muchas Escuelas de Negocios no enseñan a dirigir negocios. Como consecuencia de sistemas educativos convencionales, no crean el auténtico conocimiento del learning by doing

Roger Schank

Cuando uno piensa en emprender lo asocia con “ser empresario” y, no sé por qué, a menudo asociamos ser empresario con cursar un MBA. Desde mi experiencia, las tres cosas son diferentes y mezclan un poco churras con merinas.

Hay varios motivos que desaconsejan la elección de un MBA como la formación ideal de un emprendedor:

  1. Un MBA es más útil para empleados que para emprendedores. En un máster en administración de empresas (Master in Business Administration, en inglés) vas a estudiar temas tales como: dirección estratégica, marketing, publicidad, dirección comercial, dirección financiera o dirección de personal.Un MBA dota de una visión holística del mundo de la empresa pero si te fijas, es ideal para directivos (preferentemente en activo). Normalmente un empresario contrata directivos pero él mismo no es experto en ningún área concreta. Además…
  2. La mayoría de MBAs siguen un modelo de gran empresa con poca o ninguna aplicación práctica para un emprendedor.  Es más, me atrevo a afirmar que la mayoría de MBAs no tienen una fácil adaptación a la pequeña o mediana empresa española. Si eres un directivo de alguna empresa del IBEX 35, seguro que “le sacas chispas” pero ¿necesitas un MBA siendo directivo de una empresa del IBEX 35?No tengo nada claro que conocer las curvas de la creación de valor, las estrategias de integración vertical o aprender a gestionar el territorio o las rutas de ventas vaya a tener una aplicación práctica para el 99% de los graduados.
  3. Cursando un MBA “haces contactos” pero… ¿son adecuados? Por un lado, el manido argumento de los contactos descartaría casi por completo los MBA online y el 99% de los MBA presenciales ya que sólo IESE o ESADE parecen asegurar unos “contactos eficaces”.Por otro lado permíteme hacerte la siguiente pregunta, si tienes 60.000 € y 1 o 2 años de tu vida ¿por qué no se los dedicas a la creación de tu empresa directamente y no a “hacer contactos”?

Lo anterior no es un alegato contra los MBAs. Simplemente creo que tienen su público y este “target” no es precisamente el de los emprendedores. Me gustaría citar a Javier Sánchez Álvarez quien en su libro “Conviértete en un profesional mejor, superior y diferente” dice:

“Si se junta un vendedor de diplomas con alguien que tan sólo desea un diploma, el resultado es la mediocridad”.

¿Qué hacemos?

Desde mi humilde opinión, si tienes carácter emprendedor es mucho mejor que recurras a algo más dinámico. Asocio emprender con pasar a la acción, algo desgraciadamente alejado de una formación oficial y donde los conocimientos pasan a un segundo plano frente a las competencias. Es muy diferente “saber” que “saber hacer”. Un diploma no equivale a una acreditación de tus competencias (en muchos casos, ni siquiera de tu conocimiento).

Este punto es muy importante. Como emprendedor, no persigues el ideal renacentista del máximo y más diverso saber. Lo que quieres es poseer un saber operativo que permita convertir tu visión en una iniciativa real.

Dos opciones sencillas de formación: la autoformación y la formación a medida. De acuerdo que no vas a tener un “lustroso” título bajo el brazo pero, como emprendedor, tienes fácil que te contraten al ser tú mismo el dueño ¿no?

Un buen libro o un módulo de 8h sobre cómo hacer un plan de negocio, aderezados con tu experiencia real, te van a resultar mucho más “prácticos” que cualquier estudio reglado.

Los contactos, que siempre ayudan, los buscaría en un semillero de empresas o en una sesión formativa específica antes que en un curso generalista al alcance únicamente de una élite. Piensa que tus mejores contactos serán compañeros de viaje de los que aprender y con los que compartir conocimientos y, sobre todo, dificultades.

Un ejemplo de autoformación real es el de Josh Kaufman, autor de “MBA personal”, un libro que  resume su camino desde que empezó compartiendo una lista de los mejores libros de empresa que había leído en una web hasta acabar convirtiendo su propio libro en su negocio. Podríamos decir que la autoformación le llevó al emprendimiento. Te aconsejo su lectura (aunque es americano y como, mini-mba, conserva algunos de los inconvenientes ya citados).

Complementa la autoformación con la formación a media

Para ello, diseña un plan y revísalo permanentemente: identifica tus principales carencias (técnicas, emocionales, habilidades, etc.) y empieza a formarte de manera inmediata en las que te impiden avanzar hoy.

Compagina formación y acción

El aprendizaje es un proceso continuo pero también hay que pagar las facturas. Todo conocimiento que no pueda aplicarse al mundo real, a tu mundo real, no te servirá absolutamente para nada. Recuerda que el exceso de análisis conduce a la parálisis.

Desde el punto de vista financiero se habla de bootstrapping cuando nos referimos a iniciar un negocio que se pague a sí mismo. Es en cierto modo una concepción kaizen, de círculos concéntricos, de mejora continua y ampliación sucesiva del territorio.

Aplica lo mismo a tu formación. No esperes a “estar preparado” porque nunca vas a estar lo suficientemente preparado. ¡Da el salto!

Y luego, cuando tu idea haya salido del cascarón, se haya consolidado y tengas una “empresa”, si quieres, te matriculas en un MBA y amplias horizontes y conocimientos. O quién sabe, quizá te llamen para que seas el profesor…

*Nota: Este artículo fue publicado originalmente en «Emprenderalia» bajo el título «¿Hay una formación ideal para un emprendedor?»