Practica la dieta baja en infoxicación

Aprender a ignorar cosas es un magnífico camino para llegar a la paz interior

Robert J. Sawyer

Una de las ideas destacables de “La semana laboral de 4 horas” de Timothy Ferriss es el concepto de dieta hipoinformativa. El amigo Ferriss se jacta de no ver televisión, escuchar radio o leer prensa. Es más, dice que le resulta suficiente con leer los titulares de los periódicos en los kioskos, que eso le permite tener conversaciones con gente a la que poder preguntar: ¿qué hay de nuevo por el mundo?

Asimismo, le resulta suficiente con consultar el email una horita los lunes y puede permitirse desconectar el móvil durante sus viajes o mini-jubilaciones. La música y una hora de lectura por placer antes de dormir son lo único que se salva de la quema.

Todo esto me recuerda a un capítulo de Sherlock donde el famoso detective dice que su cerebro es un como un disco duro y que él elige que meter dentro del mismo. Sherlock considera que informaciones de temas como política (¿de qué sirve saber quién preside el país?) o divulgación (¿de qué sirve saber que la tierra gira alrededor del sol?) no le aportan nada en su existencia.

Googleando por “dieta hipoinformativa” me he encontrado con bastantes webs en las que se hace proselitismo de este concepto pero…

¿Es realmente aconsejable una dieta hipoinformativa?

Veamos primero en qué consiste lo que propone Tim Ferriss para una prueba de una semana:

  • Nada de periódicos, revistas, audiolibros o radio (si no es música).
  • Nada de noticias, especialmente las webs especializadas.
  • Nada de televisión (máxime una hora por placer antes de dormir).
  • Nada de navegar por Internet en el trabajo, salvo que sea necesario para la tarea que estás haciendo en ese momento (o para las tareas clave del día).
  • Nada de leer libros (salvo el suyo (jajaja ¡que grande!) o una hora de ficción antes de ir a la cama).

Evidentemente, no hay que tomárselo al pie de la letra pero creo que está muy claro el sentido de lo que busca. De hecho, yo añadiría  algunos puntos de mi propia cosecha que aplican en mi caso particular:

  • Nada de foros. Los foros son un lugar muy interesante para recabar información pero encontrar algo (o alguien) bueno es como buscar una aguja en un pajar y requiere una cantidad de tiempo increíble.
  • Nada de blogs. Bueno, añado, al más puro estilo Tim Ferris: salvo el mío, claro.
  • Nada de redes sociales. Especialmente Facebook y Twitter.
  • Nada de juegos. Ni Candy Crush, ni Angry Birds, ni leches. Hace años que no padezco este mal pero se podría decir que cursé un master en él.

Sinceramente, creo que sí, que es aconsejable. Desde el punto de vista de la productividad personal utilizamos muchas de las anteriores cosas para “no hacer” y luego nos quejamos de que no tenemos tiempo para “hacer”.

Eso sí, una dieta hipoinformativa creo que no va a servir de nada si no tienes claro lo que tienes que hacer (la perspectiva que diríamos en GTD). Como yo no tengo ese problema, creo que voy a tratar de aplicarme la dieta esta próxima semana (de hoy  lunes a domingo) y os contaré el resultado.

De todos modos, antes de ponerme en plan “eremita informativo”, quiero comentar algunos conceptos tras todo esto que me parece que merecen, como poco, una reflexión:

1)      Aprende sólo lo que necesitas para lograr tus objetivos. Podríamos definir esto como “conocimiento just-in-time”. Cuando necesito algo, lo aprendo. Y planifico el aprendizaje para que coincidan en el tiempo la adquisición del conocimiento y la aplicación que haré de éste. Si no, tendré que volver a formarme porque se me habrá olvidado lo aprendido. 

Adquiere el hábito de preguntarte: ¿Voy a usar esta información en algo inmediato e importante? Si la respuesta es “no”…

2)      Fomenta “la ignorancia selectiva”. Hay determinados temas que no nos aportan nada. Aquí incluiría actualidad, sucesos, conspiraciones, deportes, cotilleo, etc. Directamente no contamines tu mente con informaciones innecesarias. 

Sin ser un talibán, hace ya tiempo que creo que consumimos muchísima información basura. Hace unas semanas, un amigo me hablaba del concepto de Fast News. Tragamos decenas de noticias que abordan superficialmente los asuntos y no contrastamos lo más mínimo lo que dicen.

Los poderosos están encantados de cómo nosotros mismos contribuimos a nuestra propia lobotomización, alimentándonos a base de mass-media (aka en España,  mass-mierda).

3)      Cultiva “el arte de no terminar”. Si algo (un libro, curso o lo que te ocupe) no es como esperabas, no lo termines ¡déjalo! Ahórrate ese tiempo.

Esto es más fácil de decir que de hacer y, como dije en mi entrada “Haciendo balance…”, a mí no me ha funcionado bien ya que los libros inacabados seguían reclamando mi atención por mucho que los volviese a apilar en la estantería (¿será mejor tirarlos a la basura o regalarlos?).

Voy a reinterpretar un poco la dieta ya que, literalmente, me parece un poco extrema y hasta arbitraria en algunas partes. No entiendo, por ejemplo,  por qué puedo leer novelas de ficción una hora al día  y no dedicar ese tiempo a un curso de sexador de larvas de gusano de seda o a tocar en ukelele, si me entretiene.  Cada uno obtiene placer y relax de diferente manera ¿no?

Me parece que el ocio y el conocimiento son dos ingredientes fundamentales para una vida compensada aunque estoy de acuerdo en la hipótesis  (al menos así interpreto yo el asunto) de que debemos aumentar el control y la calidad de los mismos.

Un consejo que me voy a aplicar de inmediato es el de no leer más de un libro de ensayo o divulgación a la vez. Si estoy leyendo un libro (recuerda, ¿voy a usar esta información en algo inmediato e importante?) trataré de no leer la cubierta trasera de otro para no caer en la tentación. La multitarea siempre es contraria a la productividad pero es que en este caso es contraria incluso a mis propios consejos (véase, “En busca de la lectura productiva”).

En fin, corto y cambio, que tengo muchas cosas que hacer.

Feliz y productiva semana a todos.